Here, ladies and gentlemen, is the crux of the problem: We are reliably informed that whatever part of the economic crisis can’t be pinned on Wall Street — or on mortgage-related financial insanity — can be pinned on consumers who overspent. But personal consumption amounts to some 70 percent of the American economy. So if we don’t spend, we don’t recover. Fiscal health isn’t possible until money is again sloshing into cash registers, including those at this mall and every other retailer.
In other words, shopping was part of the problem and now it’s part of the cure. And once we’re cured, economists report, we really need to learn how to save, which suggests that we will need to quit shopping again.
31 de enero de 2009
día 137 de la depresión: american shopping
30 de enero de 2009
día 136 de la depresión: la capital mundial de las depresiones
No sé el mundo, pero Japón está en una depresión pura y dura, y no precisamente en una pequeña.
29 de enero de 2009
día 135 de la depresión: muucho, richard
I had made my demands known and was keeping count. When 60 days passed without me having a real orgasm (ladies you know the difference), I decided he had been given fair notice and that this was no way to go through my twenties. I packed his cuff-links and sent him to live on his buddy’s couch. Fortunately, I had the Bar to focus on and no mental room left to lament the demise of my relationship. I took the Bar, drank myself into oblivion, and headed to South America for a much needed vacation.
Evacuating the city was the best thing I could have done. I missed being aggressively pursued. I wanted to feel desirable again. The men of South American did not disappoint. There is nothing like the machismo culture to make you feel like a hot young thang. Feminism be d*mned.
Anyhow, I was out to dinner with my girlfriend in Buenos Aires and accidentally caught eyes with a man at a table across from mine. Before leaving the restaurant, I stopped by the ladies room to touchup my makeup. Unbeknownst to me, I was being followed. I walked out of the ladies room and he was standing there waiting for me. Bypassing formalities, he deftly pinned me against the wall, pulled my hair back with just the right amount of force, and kissed me like I had never been kissed before. Eventually, I extracted myself from his clutch and asked if he spoke English. He did. Feigning indignation, I said, “Listen, where I come from you don’t stick your tongue down a stranger’s throat. Just who do you think you are!”.He coolly retorted, “My name is Ricardo, and where I come from if a man makes eyes with a woman like we did and doesn’t approach her, he’s gay.” We obviously were going home with each other. I had to see how this sort of aggressiveness played out in the bedroom.
27 de enero de 2009
día 133 de la depresión: el rey está en calzones
S - I = G - T
El déficit del gobierno (G - T) se tiene que pagar con la diferencia entre lo que el sector privado ahorra (S) y lo que invierte (I). Si sube G - T tiene que subir S - I. Pero eso no quiere decir que necesariamente caerá la inversión o el consumo. Si estás fuera de pleno empleo, puede subir el ingreso. El aumento del ingreso hace creer el ahorro (S) sin que caiga el consumo. No sé si pasa o no, pero puede ocurrir. Krugman llama oscurantistas a los que rebaten con estos argumentos tontos la posibilidad de una política fiscal expansiva.
The answer, I think, is that we’re living in a Dark Age of macroeconomics. Remember, what defined the Dark Ages wasn’t the fact that they were primitive — the Bronze Age was primitive, too. What made the Dark Ages dark was the fact that so much knowledge had been lost, that so much known to the Greeks and Romans had been forgotten by the barbarian kingdoms that followed.
26 de enero de 2009
día 132 de la depresión: ¿o no es esto una depresión?
En el nombre de la rosa no está la rosa, ni todo el Nilo en la palabra Nilo. No sé bien cuál será la definición de "Depresión". Sé que hubo una, bien grande, en la década de 1930 -la Gran Depresión- y otra en el siglo XIX a la que los americanos le llaman "The Long Depression". Por el momento, lo que está pasando ahora en los Estados Unidos -y, a decir verdad, en todo el mundo- no se compara en profunidad con la Gran Depresión ni en duración con la Larga Depresión. Pero si hay depresiones grandes tiene que haberlas pequeñas, y si las hay largas tiene que haberlas breves.
La Wikipedia dice que una depresión es "una recesión severa o prolongada", y sólo anota como casos la Larga y la Grande. Como mínimo, esto es una Depresión más breve que la Larga y más pequeña que la Grande. Como máximo, mejor no pensarlo. En los Estados Unidos, ya es la contracción económica más prolongada desde la posguerra. Y pinta claramente para ser una de las más profundas. En cuatro de los últimos cinco meses, la producción industrial norteamericana ha caído; en el último trimestre, la velocidad de la caída ha sido equivalente a un 11,5% anual. Claro que esto puede revertirse en los próximos meses (aunque no es fácil que así sea). Pero caer por el barranco al 11% anual no es normal. Fue esa, más o menos, la velocidad de caída durante la Gran Depresión, claro que por un período de 4 años entre 1929 y 1933. Felizmente estamos lejos.
¿Por qué es el Día 132? La actividad económica empezó a contraerse en Estados Unidos ya a fines del año pasado, pero decidí elegir la fecha en que -bajo cierta definición- la recesión se convirtió en Depresión. Más allá de la declinación de la producción, una característica que comparte esta Depresión -a la que todavía le falta el nombre- con la Gran Depresión de los 30s es lo que está ocurriendo en el mercado financiero. No me refiero aquí a los pánicos bancarios sino al hecho notable de que un papel de corto plazo del gobierno norteamericano paga prácticamente cero de interés. Esto que parece un punto técnico es en verdad un rasgo preocupante.
Veamos. Una tasa de interés baja normalmente ayuda a la economía a recuperarse, porque es más barato para las empresas y los consumidores financiarse. Que la economía siga cayendo cuando el interés es nulo quiere decir que las fuerzas depresivas son muy fuertes. Es como si un avión perdiera altura a pesar de que sus turbinas están andando a toda marcha. Si estuviera perdiendo altura con los motores a media máquina sabríamos bien que hacer: acelerar un poco. Pero aquí acelerar ya no es una opción: con la tasa de interés nula (empujada en parte por las políticas monetarias de la Reserva Federal, en parte por la avidez de los inversores por aceptar cualquier interés, por mínimo que sea, a cambio de seguridad para sus ahorros) las familias y las empresas siguen recortando sus gastos. Allí hay una definición posible -más conceptual que cronológica- de lo que es una depresión: una caída de la producción que continúa a pesar de que las tasas de interés son prácticamente nulas. Pasó en los 1930s, está ocurriendo ahora.
Fue el 17 de septiembre de 2008 -hace 132 días, cuando se confirmó que la Reserva Federal prestaría 85 mil millones de dólares a la aseguradora AIG- que la tasa de corto plazo de los bonos del Tesoro de Estados Unidos se acercó por primera vez a 0%. Un poco arbitrariamente señalamos esa fecha con una cruz en nuestro almanaque y decimos que allí comenzó esta Depresión Que Busca Su Nombre.
12 de enero de 2009
día 118 de la depresión: freezing
En Australia la construcción de casas nuevas está 25% abajo del año pasado.
11 de enero de 2009
día 117 de la depresión: la multiplicación de los panes
8 de enero de 2009
día 114 de la depresión: toda crisis es política
Sí, existe algún nivel de "simulus" que levanta a la economía americana. Como existía un nivel de ajuste que corregía nuestro problema de competitividad sin una devaluación: si los salarios públicos y privados bajaban 40%, volvíamos al pleno empleo. (De hecho, cuando bajaron 40% -por la deva- empezamos a salir).
Pero cuando condiciones extremas dictan soluciones extremas, la política no se las traga. Murphy se tuvo que ir. Cavallo duró poco con el ajuste de 13% -- y eso que afectaba a los salarios públicos, y ni siquiera a todos ellos, y es posible que ni siquiera esa número fuera suficiente. El centro político de una nación rechaza un ajustazo. Sólo lo podían tragar, y con cara de asco, los soldados fieles, los Baylac, a duras penas los Kily Colombo.
Pero el centro político de una nación también rechazará el déficit de 8% del PBI que, en el worst-case scenario, asegura al menos mantener el nivel de empleo en Estados Unidos. La lógica política es parecida a la de nuestra crisis, aun cuando entonces la solución no devaluatoria era el ajuste y aquí el desajuste. Primero pensás que necesitás un déficit de 3% (los 770bn son un 5%, pero repartidos en dos años). Cuando ese 3% no funciona, decís que se necesita más, pero el segundo tiro ya es más difícil que el primero. "Nos dijeron que un déficit de 3% alcanzaba" es parecido a "Nos dijeron que con el impuestazo alcanzaba".
Si la política no puede dar con la solución -todavía está por verse, quizás funciona la bala de plata de Obamanomics, quizás no-, ¿ocurre sola? En nuestro caso ocurrió. La solución por las malas, la línea de menor resistencia política, fue la devaluación. ¿Cuál es en America? La deflación no corrige directamente el problema del empleo. No hay motivo para que los precios no bajen tanto como los salarios, con lo cual el incentivo a retomar empleados no mejora. (En una economía más abierta, si lo hay, porque los precios dependen más de los precios mundiales). La depreciación del dólar algo ayudaría, pero no es como acá. Estados Unidos no puede devaluarle tan fácilmente al resto del mundo sin que el resto del mundo reaccione, y además una devaluación del dólar reduce un poco los precios mundiales medidos en otras monedas, porque cae la demanda norteamericana de productos extranjeros.
Finalmente, el problema es global, y el mundo es una economía cerrada. No podemos devaluar contra Marte o Venus. ¿Puede la economía colapsar en una espiral deflacionaria? No del todo: en algún punto, la deflación hace que el "hoy" sea más barato que el "mañana". Como no podemos devaluarnos contra Marte, nos devaluamos contra el 2015. La caída de precios puede hacer que decidamos consumir un poco más en Tierra/2009 porque será un poco más barato que en Tierra/2015. Todo esto suponiendo que la deflación de hoy no haga que, en nuestra percepción, también caigan los precios esperados para Tierra/2015.
Sería un poco complicado este ajuste de mercado. Esperemos que funcione el primer estímulo Obamista. Esto es tipo cuando vienen los marcianos en la Guerra de los Mundos: recemos.
7 de enero de 2009
día 113 de la depresión: uncle jones
A esta altura de los acontecimientos, La Ciencia Maldita mantiene su propuesta inicial de una intervención del gobierno norteamericano en los mercados de activos. Un piso de al menos 10,000 al Dow Jones. (No haría falta comprar ni una sola acción; la sola promesa de que a ese valor las compra el gobierno llevaría al DJ un poco por arriba de ese valor). Para que el norteamericano consuma más, tiene que volver a ser rico. Yass, riqueza de papel. Si el resultado es un poco de inflación, bienvenida. Es todo lo que se necesita.
very british
...Apart from the coal-mining areas, the South of England may almost be said to have had a prosperous year. But looking at the situation, as a whole, one has to admit that the total volume of production, after starting on a rising curve, ended the year below the level at which it started. Having fully admitted the disappointments, we find some justification for regarding 1928 as a year of no small promise for the future. Quite possibly it will be remembered in history as a year in which the foundations of recovery were laboriously laid. It was a year of realisation and of facing facts (...) On the whole the new year 1929 has started under fairly favourable omens...